En la tarde del 3 de mayo del 2006, lo que hubiera sido un pequeño incidente se convirtió en un ataque militar contra una población civil. En Texcoco, Estado de Méjico, la policia intentó remover a un grupo de ocho vendedores quienes estaban vendiendo flores sin permiso formal frente un mercado público llamado Belisario Dominguez. De hecho, la acción policiaca tenía motivos políticos, los cuales extendieron muy lejos de estos detalles técnicos: que los floristas son aliados presumidos del Frente del Pueblo en Defensa de la Tierra (FPDT), que ha chocado con los gobiernos locales y federales durante años. Tambien, Texcoco es uno de los sitios propuestos para un nuevo megamall WalMart, lo cual los floristas tanto como el FPDT se oponen vehementamente.
En el curso de la confrontación, Javier Cortés, un joven de 14 años, señaló al público el escondite de un policía a quien le vió agazapado en las sombras. Con el próposito de silenciar al joven, el policía le disparó, matándole al instante. Se desembocó la rabia del público, que intentó quitar a fuerza a la policía del mercado, con palos, piedras, cócteles molotov y machetes. Ahí empezó una pelea sangrienta, y después de que el público alcanzó bloquear la carretera, las tropas federales y municipales aparecieron para dispersarles.
San Salvador Atenco, un pueblo campesino a una distancía de 25 millas del Distrito Federal, tiene una historía de defenderse del gobierno y corporaciones con el intento de depojarle de su tierra. En 2002, tras más de un año de resistencía amplia y una represión correspondiente, la población general de Atenco, junto con las tácticas militantes del FPDT, fue capaz de forzar al gobierno federal de cancelar sus planes de construir el nuevo aeropuerto internacional en su pueblo. Este fue un hecho impresionante, e hizo un precedente en Méjico para la resistencía al desarrollo basado en los intereses corporativos y desplazamiento forzado.
En la noche del 3 de mayo después del enfrentamiento y motín subsecuente en el mercado, los medios masivos mejicanos se inundaron al público con imagénes violentas de campesinos atacando a la policía, enfocando en “la brutal paliza a que fue sometido un policía inerme, tirado en el piso, por un pequeño grupo de ejidatarios.” (Carlos Fazio, 21 de mayo 2006, La Jornada) en vez de la muerte del joven. Esta propaganda alimentó la animosidad al pueblo de Atenco, y la simpatía a la policía, lo cual dió la oportunidad a los gobiernos estatal y federal para invadir y represar violentamente esta comunidad bien organizada con un ataque militar el próximo día.
La mañana del 4 de mayo, en la tradición de resistencía atenquense, la comunidad se mobilizó y salió a la calle. Sin ningún aviso, los campesinos y otros fueron sujetos a un ataque sorpresivo que nunca pudieran haber previsto.
A la hora del amanecer la policía ya había sitiado Atenco y bloqueado las vías de comunicación en preparación de detenciones masivas. La gente adentro fue atrapado en una zona de guerra, enfrentado con una fuerza militar, y sin ningún medio de escape, ni autodefensa adecuada. El gas lacrimógeno empezó casi inmediamente, luego las detenciones y la persecución por las calles. Personas inermes fueron acorralados y madreados brutalmente con toletes antes de estar aventados en camionetas y llevados fuera de los limites del municipio. Otro joven, Alexis Benhumea, recibió un balazo de una granada en la cabeza y permanece en un estado de coma aún hoy. Hasta 250 personas fueron detenidas, la mayoría campesinos y otros quienes tuvieron el coraje de irse a las calles y arriesgar la vida en muestra de oposición a la política neoliberal y la represión militar del gobierno.
Valentina Palma Novoa, una chilena con estancía de once años en el DF, fue una de la multidud acorralada ese día por el delito no mas de estar presente en las calles de Atenco. Valentina consta de la brutalidad de que fue testigo y experimentó ella misma despues de estar aventada en un camión por la policía, con muchos otros aun más heridos que ella, y de haber sido forzada en la cara en un charco de sangre de los otros. El traslado fue un infierno y ni Valentina ni nadie atrapado en ese vehículo sabiean si ivan a sobrevivir y mucho menos si su destino final terminaría inevitablemente en ejecución. Fueron golpeados continuosamente, manoseados, agredidos sexualmente y violados por la policía. Eso duró unos dos o tres horas mientras la policía circulaba la ciudad.
La crónica de Valentina es solo una de muchas. Mujeres y hombres fueron torturados brutalmente y colectivamente. Las mujeres reportaron haber sido violadas con dedos, penes, y otros objetos en la boca, la vagina, y el ano. Algunas fueron forzadas seguidamente a tener sexo oral con grupos de policías. Es imperativo entender el hecho horripilante que la tortura sexual, la brutalidad, y las violaciones fueron completamente premeditadas y ordenadas desde arriba. Los policías fueron entregados instrucciones de hacer a estas mujeres su blanco militar: fueron abastecidos con condones por sus mandos superiores quienes les dijeron que no se apuren en llegar a la verja de la cárcel.
En una manifestación en el DF que denunció la violencía contra mujeres en Atenco, el Subcomandante Marcos, la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), subrayó que según los testimonios de las violadas, los policías disfrutaron y derivaron placer de su conducta atroz. Además, “la promesa de ese placer sobre esos cuerpos de mujer, fue la suma que la policia recibió junto al mandato de ‘imponer la paz y el orden’ en Atenco.” En otras palabras, la violación y humillación de hombres, mujeres y niñas es lo que la policía consideran su saldo de un trabajo bien hecho. Después de las detenciones inciales en Atenco en el 4 de mayo, empezaron incursiones en pueblo, con su objectivo cuya persona con cabello largo, aretes, tatuajes, o cualquier artículo vinculándose al EZLN.
Es lógicamente imposible creer que el ataque contra Atenco fue improvisto por un grupo de “malos” policías asesinos. La evidencia deja claro que el ataque fue cuidadosamente planeado como una maniobra militar estratégica de la parte del gobierno de Méjico, con la participación de las autoridades estatales y federales, junto con los servicios médicos y penales requeridas para cumplirlo.
Carlos Montemayor escribe: “Las detenciones violentas e ilegales en las primeras horas del amanecer. son una antigua y recurrente práctica de ejrcitos represivos y de cuerpos policiacos.” (13 de mayo del 2006, La Jornada). Además, el apoyo de los medios masivos y conservadores que estigmatiza a los campesinos en resistencia, que esconde y pone en duda los testimonios de las víctimas, es esencial para el éxito de estos operativos. Los funcionarios piden “pruebas”, pero hay periodistas que fuereon testigos de las detenciones pero niegan denunciarlas por miedo a lo el gobierno puede hacerles. En el caso de la masacre de los estudiantes en Tlatelolco, DF el 2 de octubre 1968 y la década subsecuente de represión conocida como “la guerra sucia”, la gente mejicana ni siquiera supo que centenares de estudiantes y radicales fueron asesinados y desaparecidos en su propia cuidad por los militares. La masacre tuvo plazo una noche y en la próxima mañana la sangre y los cadáveres habían sido limpiado de las calles, y jamás se vieron a los téstigos de nuevo.
La meta de represión gobermental es siempre el control social. Así como Tlatelolco, la atrocidades en Atenco vienen en una época de organización amplía en Méjico entre los más pobres y más afectuados por la globalización. Actualmente, está movilización ha centrado en La Otra Campaña, iniciativa del EZLN, que hace 8 meses ha estado viajando por todo Méjico para vincular las luchas en comunidades indígenas y pobres con díalogo y intercambio. “La Otra” ha ganado gran atención mediática sobre asuntos normalmente
censurados e ignorados por completo. La Otra Campaña es un esfuerzo desde las raíces para crear un foro donde comunidades pueden participar en el movimiento contra el capitalismo neoliberal como un cuerpo unido a gran escala. La opresión que vivimos en Atenco obviamente tiene la meta contraria. La violación y humillación son intencionadas para tener el efecto de callar a la sociedad civil, a la vez dificultando el trabajo de los Zapatistas y muchísimos otros. Las familías reciben el mensaje que no pueden participar en la resistencía, que “no se atrevan a involucrarse” en la política en ninguna capacidad fuera de las elecciones presidenciales sancionadas para el próxima 2 de julio . El efecto talvez será que mas gente se serigne a apoyar a uno de los tres partidos políticos corruptos, como la única manera segura para evitar más represión violenta.
Es cierto, que eso es lo que quiere el gobierno, y el imponer políticas neoliberales que equivalen al fascismo es una manera de alcanzarlo, porque señala claramente que no van a tolerar ni resistencía ni la autodefensa en Méjico. Al contrario, que serán castigadas brutalmente e ilegalmente. No debemos soprendernos que cualquier estado sería de buena voluntad de irse hasta allá para detener y prevenir la resistencía. Se ve por toda la historía y en todas partes del mundo. Es importante reconocer que mientras la globalización por los Estados Unidos y las corporaciones transnacionales sigue imponiendo las políticas neoliberales de “libre comercio” sobre el mundo entero y sigue apoyando regimenes represivos, atrocidades como Atenco tambien seguirán.
A la hora de publicar este ejemplar de Slingshot a comienzos de junio, al menos de 31 de los 218 presos políticos de Atenco siguen encarcelados, con una veintena más no encontrado y considerado o “desaparecidos” o escondiéndose. Los cinco extranjeros expulsados inmediatamente despues de sus detenciones no se han dejado volver a Méjico. Mientras tanto, policías incontables, ahora conocidos en mundo como violadores y abusadores, gozan de la impunidad otorgada por su gobierno. 52 de los policías estatales y solo 3 policías federales están siendo investigados, pero ni uno de los más de 3500 agentes que participaron en la atrocidad ha sido despedido de su puesto. Basta decir que los jefes mismos, que sigen enriquiciéndose con su política económica neoliberal a costa de las vidas de muchos y los sustentos de millones.
Pero muchos siguen resistiendo sin miedo. Una marcha grandísima está planeada para el 28 de junio en el DF y La Otra Campaña zapatista continua mobilizandose para liberar a los presos restantes y para exigir que todos los niveles de culpabilidad y participación gobermental sean castigados. En los EEUU, debemos seguir manifestando nuestra solidaridad en cualquier manera posible, con cartas y protestas en los consulados mexicanos, tanto como oposición fuerte al “libre comercio” y la política extranjera de los Estados Unidos.
Para más información sobre Atenco, checa:
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La Jornada
Sarah Shourd es una residente de Oakland influida por el Zapatismo y movimientos de resistencía en todas partes.