Cuando yo estaba sentada en el NICU (Centro de Vigilancia Intensiva Neonatal) en el hospital y di el pecho a mi hija por primera vez, yo supe en una manera visceral que mi vida se cambió para siempre. Lo sentí en mis huesos (no mencionar el útero y los pezónes).
En hablar del tema de ser madre/padre, mucho ya es cliché. Y tantos de los clichés son la verdad. Yo nunca he sido tan enamorada con, ni cometida a nadie como estoy a mi hija. Tampoco yo nunca he sido tan cansada como estaba en los primeros tres meses de su vida. Ser su madre me ha hecho mirar el mundo de una manera completamente nueva.
Mis padres pensaban que podrían cambiar el mundo por cambiar su manera de vivir, y así que ellos se retiraron y “regresa a la tierra” (o sea, regresaron a la tierra a vivir la vida sostenible—en ingles la expresion es “back to the land”). Yo pensé que para cambiar el mundo, hay que enfrentar y intervenir directamente, y así que dejé la tierra y “regresé a la ciudad.” Aca es donde me quedo, y espero que el mundo está cambiando, pero es dificil saber seguramente cuánto cambia y/o si el cambio mejorará el mundo.
Todavía yo opino que el mundo necesita la confrontación y la intervención para ser cambiada, pero ademas se necesita un cambio de la manera de vivir — y que como criar a nuestros hijos está incluido en ese cambio. Sigo pensando que nosotros, los padres podemos cambiar el mundo. Sigo pensando en que una cultura capitalista, blanca-supremacista, patriarcal, y estatizada influye y forma a nuestros hijos. Sigo pensando en que a que estan criados en esta cultura llegan a ser adultos que perpetúan las mismas estructuras y los sistemas. Pienso en cómo romper es ciclo..
Me vacilo a hablar de cómo nuestras estrategias de criar a los hijos afectan nuestro mundo, porque la idea que nuestros problemas provienen de nuestro método de criar a los niños puede colocar la culpa de todos los problemas en los hombros de los padres que ya son sobrecargados. Pero los psicólogos y otros “expertos” que utilizan su posición como “expertos” a presionar los padres en métodos desnaturales y separados de ser padres. Pero tanto de quienes somos como seres humanos puede ser rastreado a nuestras experiencias infantiles—entonces vale la pena de considerar que como una sociedad piensa en el trabajo de ser padre/s influye esa misma sociedad.
La cultura occidental, y la cultura dominante de los Estados Unidos en particular, adora la individualidad y la autogestión al punto tan extremo que esperamos que nuestros niños sean autosuficientes antes que aprender a hablar. El método del corriente principal, o el método convencional a cuidar, valua la independencia sobre el apoyo, la compasión, y la interdependencia.
Como padres, estamos advertidos interminablemente a no servir a las necesidades de nuestros bebés porque quizás siempre esperarán que sus necesidades serán satisfechadas. Por responder a las necesidades de nuestros niños como si fueren necesidades frívolas, les enseñamos una incapacidad a distinguir entre las necesidades y los deseos, y perdimos la abilidad de distinguir la diferencia nosotros mismos. La filosofía convencional de criar dice que el deseo de bebe a ser abrazado y aliviado es manipulativo, mientras un método compasivo dice que es una necesidad válida. Nuestros niños aprenden cómo relacionar al mundo por la manera que los tratamos, y cuando somos irrespetuosos, desdeñosos, crueles e indiferentes a nuestros niños como una manera de hacerlos fuertes, ellos llegan a ser adultos irrespetuosos, crueles e indiferentes. Tengo la convicción de que si la compasión fuera valuada en los métodos de los padres, gradualmente llegaría a ser más valuado en la sociedad.
Siempre he amado el concepto de construir el nuevo mundo al mismo tiempo que destruimos al mundo viejo. Crear mientras destruimos, formar mientras derrocamos. Esto ha formado mi concepto de criar radicalmente. Por una parte, necesito seguir a enfrentar el mundo dominante y malo, y agregar mi energía y mi fuerza a la lucha para derrocar el capitalismo, la supremacía blanca, el patriarquia, y el estado. Por otro lado, yo quiero criar a mi niña como si el mundo que deseo ya existiera. Me gustaria criar a una niña quien rechaza y lucha contra los sistemas de dominación y opresión, pero a la vez puede funcionar en el mundo. Quiero ser una madre excelente.
El método de cuidar excelente parece distinto a las personas distintas. A mí el método es poner el bienestar de mi hija en frente de mis propias conveniencias. Significa que yo no pongo la culpa en ella cuando es dificil ser madre. Significa que tengo que cuidarme a mÍ misma. Más concretamente, significa que la sigo tratando con respeto, apoyando sus esfuerzos a autodeterminarse, y asegurando su seguridad. Significa que tengo que aprender cómo criar a una chica asignada con autoestima fuerte y quien puede sobrevivir y tener éxito en una cultura patriarcal. También significa que tengo que modelar selecciones y conducta con principios. Significa hacer investigación y pensar críticamente en cómo ser madre y escoger los instrumentos y técnicas que son correctos para nosotros. Significa reconocer que la necesidad para el amor es tan importante como la necesidad para el alimento. ¿Puede significa más?
Tengo esperanzas grandes, pero expectaciónes realisticas. ¡Quizas mi hija sea o no sea una revolucionaria, pero soy determinada a prepararla con la capacidad!
La utopia anarquista será determinada por las personas que la componen. Creo que incluirá el respeto y la reverencia para todas las personas y criaturas. Pondrá su énfasis en la interdependencia y el colectivismo sobre el individualismo severo. El respeto para la autonomía no ganará sobre el apoyo mutuo y la libertad de asociación. En la utopia anarquista que yo deseo, todos esperarán que todas las necesidades sean acomodadas, y gritarán como el infierno cuando no son satisfechadas. En la utopia anarquista, la gente será apacible con la otra gente a pesar de la edad—o cualquier otro factor.
El construir el nuevo mundo en la cáscara del viejo implica que tenemos que vivir como la utopía anarquista ya estuviera aca, y incorporar los valores, sistemas, y métodos del mundo ideal tan como es posible en el mundo actual. Por eso yo vivo colectivamente, y utilizo el proceso colectivo a hacer decisiones cuando puedo. Sigo explorando como aplicar este método en ser madre en maneras que son excelente.
No voy a decir que el acercarse al tema de criar a los niños de este manera va a generar una revolución, pero es uno de los componentes necesarios para el cambio social radical. Quién es mejor para empezar este enfoque que la comunidad ararquista/radical (definida ampliamente)? Vale la pena a hacerlo porque el proceso de explorar estas ideas desafía y profundiza mi análisis y compromiso política constantemente. Y vale la pena porque es una manera buena de criar a un(a) niño, y también vale la pena ser buena madre/buen padre.
Gracias a los padres radicales y a los aliados a los padres quienes han ofrecido su aviso, sugerencias, y apoyo. Se puede escribir a Rahula Janowski en anarchakittyoriseup.net.